mardi 26 août 2008

¿Por qué a mi? ¿Y por qué no?



¿Por qué a mi? ¿Qué hice?, y talvez no hiciste nada. Son preguntas que de frecuentes se gastan, a la mayoría, supongo, ya nos harta tan solo mencionarlas. A veces algunos, con suerte, encuentran su respuesta, pero.. ¿Qué, cuando no la hay?. A veces te desvivís llorando y solo recibís más angustia, a veces ayudas tanto que te devuelven con desilusión, esos son los momentos donde no hay respuesta, esos son los momentos en los que me acuesto y abrazo la almohada, lloro, pienso, en ese momento a veces creo que de algo sirve, pero no, nunca funciono, siempre siguió allí el eterno eco: ¿Porqué a mi?.
El porque creo yo que en situaciones así no existe, simplemente porque el destino no tiene "porqués", el destino nos juega bromas, muchas de mal gusto; nos hace felices a veces, y otras tantas veces, nos pone obstáculos que pueden dejarnos inmóviles y victimas de la melancolía por horas y días, si no sabemos superarlos. Entonces el destino no tiene porqués, pero aquel obstáculo si, su porque es "enseñar", de cada caída, de cada lagrima y cada dolor intenso en el corazón aprendemos algo, de cada obstáculo nos llevamos algo bueno. Estoy colmada de cosas buenas y enseñanzas producto de tantos obstáculos que mi irónico destino dispuso para mi, sé que las tengo.. pero.. ¿Quién me enseña a utilizarlas?

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